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Blue Rocks

Al abrir la puerta del camerino, Jack se topó de bruces con la muerte. Tenía la apariencia de una mujer joven, pelo negro, ojos negros, ropa negra. Pero él lo sabía. Sabía por qué había venido. Ella se sentó sin prisa en una de las sillas mientras Jack cerraba la puerta.


- Por favor, todavía no. Sé que es mi momento, y que me llevas siguiendo unos días. Pero déjame que toque en el concierto. El último. Por favor.


Sus ojos carbón se clavaban con fuerza en los suyos, esperando que le dijese algo más.


- No te lo pediría si fuese un concierto más. Pero la semana pasada murió Karen, bueno, ya lo sabes, y ha venido gente de todo el mundo. Por favor. Por favor, déjame tocar. Tengo… tengo que decir algo.


Ella se levantó y se acercó a Jack, a quien recorrió un escalofrío por la espalda. La respiración se le entrecortó y se le erizaron los pelos de la nuca. Tragó saliva varias veces, se secó el sudor de las manos en los pantalones. La muerte, sin despegar apenas los labios, le susurró:


- Tienes media hora.




El público rugía. Más de 100.000 personas se habían reunido en el concierto en el que diferentes artistas homenajeaban la figura de Karen Cassaday, leader junto a Jack, de la banda Blue Rocks. Se había tirado desde un puente hacia tan solo unos días. Jack esperaba, solo, con su guitarra eléctrica, detrás del escenario. Estaba nervioso, no había duda. Hacía mucho que tocaba por rutina, y desde que el grupo se separó, iba de fracaso en fracaso.


El presentador del evento despidió a los invitados, y pidió un fuerte aplauso para el siguiente cantante. Al salir le precedieron fuertes abucheos. Se acercó al resto de músicos, les indicó con que canción pensaba empezar y ajustó su guitarra.


Siempre había tenido muy buena relación con Karen. Sin embargo, poco a poco, su amistad se fue deteriorando por las constantes peleas que iban más allá de lo estrictamente profesional. No la volvería a ver, hasta aquel día. El día en que murió. Y no había un solo momento en el que Jack no se arrepintiese.


Tomó aire y se acercó al micrófono. Los abucheos aumentaron, pero decidió ignorarlos:


- Esta canción la escribí junto a Karen el verano de 2015, cuando todavía no existía ni la idea de Blue Rocks. Se convirtió en nuestro primer éxito, así que, Karen, va por ti.


Y empezó a tocar de forma electrizante. Deslizando los dedos a una velocidad anormal, provocando que poco a poco los abucheos empezaran a apagarse. Hasta que con un golpe sordo empezó a cantar la canción. Tocaba la guitarra como nunca antes lo había hecho, y él lo sabía. Todo el estadio al unísono le seguía la letra, la letra de Karen, desgarrando la voz. Las partes en las que cantaba las dejaba para un público entregado que hacía todo lo posible por imitarla. Jack llegó al solo final, y el estadio se vino abajo. Empezaron, poco a poco, a levantar los brazos hacia el cielo, hacia donde esperaban que se encontrase su ídolo, extasiados por la música que salía de los dedos de Jack. Y él recordó que la quería, como nunca había querido a nadie, y como ya nunca lo haría. Finalizó la canción con un golpe seco, y un estruendo de aplausos y gritos le recibió. Se acercó de nuevo al micro.


- Karen, eras la mejor. Lo siento.


Se descolgó la guitarra, la tiró al suelo y salió del escenario. Consiguió escapar del recinto por una puerta trasera, y con la capucha puesta, se alejó de la multitud. Se dejó llevar por sus pasos hasta que llegó al río, dónde había visto a Karen por última vez. Allí esperó los últimos minutos.


- No lo has dicho al final.

- No he visto el momento.

- Era tu última oportunidad.

- Lo sé.


La muerte se colocó a su lado. El viento agitaba con fuerza su pelo negro, confundiéndolo con la oscuridad de la noche.


- La semana pasada tenías otro aspecto.

- Según para quién, vengo de una forma u otra. Así es más fácil.

- ¿Y para Karen eras una mujer de sesenta años?

- Necesitaba a una madre. Alguien que la quisiese.

- Yo también la quería.

- No lo creo.


Se quedaron un momento en silencio, retrasando lo inevitable.


- Ya es la hora.

Jack saltó la valla, miró hacia abajo y notó como el pánico se apoderaba de todo su cuerpo.


- Ella no se tiró. Yo la empujé. No quería, pero me dijo… Me dijo que se había ido con otro, que llevaba saliendo con él un tiempo, que se iban a casar y que quería contármelo… Y yo, yo la quería joder, ella sabe que la quería. Ella era perfecta. La mejor voz de la historia del rock. No podía creer que me hubiese cambiado así, sin más. – Jack cerró los ojos, sopesando sus próximas palabras.- Déjame entregarme a la policía, por favor. Lo contaré todo, me encerrarán en la cárcel. Por favor, deja que me vaya.


Las lágrimas retenidas le saltaron de los ojos. La muerte, sin decir nada, le tendió la mano. Jack, tembloroso, apoyó la pierna derecha sobre la barandilla para pasar, pero ella le detuvo poniéndole la mano en el pecho.


- Nada que no supiese ya, hijo de puta.


Y antes de que se diese cuenta, lo empujó al vacío.



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